jueves, 3 de febrero de 2011

1) ¿Qué es el Alzheimer? ¿Qué distingue a la enfermedad del Alzheimer de las otras demencias?

- La enfermedad de Alzheimer, también denominada mal de Alzheimer, es una enfermedad neurodegenerativa (se caracterizan de forma general por cambios en la conducta asociados al estado de confusión mental y trastornos de desadaptación social). Pérdida de la memoria, la capacidad de expresarse y de comunicarse adecuadamente, de organizar la vida cotidiana y llevar una vida familiar.

- Comienza con trastornos en la memoria, que suelen interferir  en las actividades cotidianas. Es habitual que todos tengamos trastornos de memoria a lo largo de nuestra vida, sobre todo con el paso del tiempo y también con el estrés. Aunque los fallos de memoria puedan algunas veces jugarnos malas pasadas, no ocurre así en general y podemos seguir con nuestra vida, al contrario de lo que les ocurre a las personas que sufren de Alzheimer. A las personas con esta enfermedad, los constantes fallos de memoria que van sufriendo, les van limitando de sus actividades. Al principio, la pérdida se refiere a hechos recientes. En esta fase, la persona suele recordar, con detalle, hechos de su infancia y juventud, lo que puede mantenerse, incluso al olvidar el nombre de algún familiar. Poco a poco, deja de recordar cosas sobre sí mismo: su edad, dónde vive…Hay veces que la presencia de un familiar o una persona conocida puede resultarles agradables y tranquilizadora.

· Trastornos del lenguaje: la persona “olvida” el nombre de las cosas. A lo largo del tiempo, no entienden lo que se les dice. Su lenguaje empieza cada vez a ser más pobre. Al final, se pierde la capacidad de hablar, quedando la persona incomunicada.

· Dificultades para realizar los gestos que llamaríamos útiles: al principio se manifiesta en acciones complicadas, como dibujar, pero luego se pierden hasta las más simple, como vestirse el sólo. 

· Dificultad para reconocer o comprender el significado de cuanto se ve, se toca..: al comienzo se puede crear una cierta ansiedad ante los fallos que se cometen. Poco a poco va llamando la atención la tranquilidad con la que la persona reacciona ante los errores. Es típico que nieguen este problema o por el contrario, que intenten justificarse con respuestas infantiles: "¿Cuántos hijos tiene? -Dos o tres" y sonríen, como si no tuviera importancia no recordar algo así.

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